El nuevo Impuesto a las Ganancias se adaptará a los «salarios dinámicos» de la reforma laboral | Prensa iProfesional

Felix Rolando, Socio de Andersen, detalla por qué deberían revisarse las escalas progresivas y actualizar las deducciones, y compara los umbrales que alcanzan a empleados y trabajadores autónomos.

Reproducimos a continuación la nota completa publicada por iProfesional:


El ministro de Economía, Luis Caputo, habló de la reforma tributaria y anticipó que cambiará el Impuesto a las Ganancias para los trabajadores y jubilados, entre quienes hoy suman 737.584 contribuyentes con salarios superiores a $2.800.000 aproximadamente.

Caputo aseguró que «la reforma tributaria va a favorecer a todos: Nación, provincias, empresarios y a la gente. Vamos a un esquema de simplificación y de menores impuestos. Va a haber baja de Impuesto a las Ganancias para los individuos y un incentivo muy grande para que se desarrolle el mercado de capitales».

«Seguramente los anuncios tienen que ver con la interacción entre la reforma tributaria y la reforma laboral que se está proyectando y que según las informaciones recogidas, uno de los cambios sería la creación de lo que se da en llamar ‘salarios dinámicos’», señala Daniel Pérez, del estudio Pérez & Fiocco.

«Este nuevo concepto remite a la posibilidad de establecer una nueva forma convencional, un reordenamiento del sistema actual de salarios convencionales: donde, los salarios mínimos convencionales pasarían a ser «techo» en lugar de «piso» y de esa forma quedaría librado a las empresas los mayores incrementos de salarios». aclara.

«Esta nueva mecánica incidiría en el Impuesto a las Ganancias, con lo cual habría que adaptar el gravamen a las nuevas pautas salariales», advierte.

Cuántos trabajadores y jubilados pagan Ganancias

Las cifras de la cantidad de trabajadores y jubilados que pagan el Impuesto a las Ganancias en Argentina han variado considerablemente a lo largo de los últimos años debido a los constantes cambios legislativos y a la actualización de los pisos salariales.

Con los datos disponibles a octubre 2024, pagan Impuesto a las Ganancias 737.584 personas, discriminadas de la siguiente manera:

  • Empleados en relación de dependencia: 640.837 personas.
  • Jubilados y pensionados: 96.747 personas.

El número de contribuyentes se ajusta constantemente con cada modificación del Mínimo No Imponible y las deducciones.

Para la segunda mitad de 2025, un trabajador soltero sin hijos comienza a pagar a partir de un salario bruto de alrededor de $2.843.180 (monto neto de $2.360.180). Frente a esto, el umbral de pobreza está en $1.176.000.

«Si se quiere hacer un buen sistema tributario, debería haber un impuesto personal a las rentas, pero con escalas y deducciones acordes a la realidad económica del país. Con las deducciones y la escala que tenemos hoy, sueldos que no deberían manifestar una gran capacidad contributiva, terminan pagando, incluso, a la tasa máxima del 35%», subraya Carlos Fernández, de Crowe Argentina.

El piso para jubilados tiene una actualización constante, ya que la deducción especial para jubilados se mantiene en el equivalente a 8 haberes mínimos.

«Respecto de jubilaciones y pensiones y siempre que ese represente el único ingreso (y ciertas condiciones patrimoniales) se aplica la deducción especial incrementada, teniendo en cuenta ocho veces el haber mínimo garantizado. Siendo el haber mínimo garantizado a octubre de 2025 de $326.298,38 (sin el bono) los ocho mínimos suman mensualmente $ 2.610.387,04», precisa Daniel Pérez, del estudio Pérez & Fiocco.

«Comparando esta magnitud con el haber máximo jubilatorio de $2.195.679.22, realmente un sector menor de jubilados y pensionados quedan alcanzados por el impuesto», indica.

Cómo debe ser el nuevo Impuesto a las Ganancias

«La reforma del Impuesto a las Ganancias sobre la cuarta categoría debería ir más allá de una simple actualización de mínimos. Es necesario avanzar hacia una revisión estructural que devuelva progresividad al tributo respetando el principio de capacidad contributiva», señala Francisco Blanco, socio de FABTAX Tributaristas.

«El objetivo no debería ser exclusivamente recaudatorio, sino corregir las distorsiones que han convertido a este impuesto en una carga desproporcionada para la clase media asalariada sobre un impuesto que originalmente impactaba a altas rentas», afirma.

Los ejes centrales de una reforma razonable son los siguientes, enumera Blanco:

1. Actualización automática y dinámica

El mecanismo de ajuste de deducciones y del mínimo no imponible resulta ineficaz en contextos de alta inflación que históricamente Argentina ha padecido. Sería más adecuado adoptar una actualización trimestral vinculada al IPC para el cálculo de las retenciones mensuales de cuarta categoría.

Deberíamos partir de un mínimo no imponible más elevado que realmente impacte a los salarios altos y no a la desproporcionada masa que se ve impactada hoy y que evidentemente no eran los receptores originales del tributo al momento de crearse este impuesto.

2. Ampliación de las deducciones

El régimen actual ofrece deducciones muy limitadas, que no reflejan el costo real de vida ni los gastos necesarios para generar ingresos. Deberían incorporarse o actualizarse conceptos como educación, salud privada e intereses hipotecarios, cuyo tope hoy es simbólico. De ese modo, el impuesto volvería a considerar la verdadera situación económica del contribuyente y su capacidad contributiva.

Por qué tiene que cambiar el esquema de escalas

3. Mayor progresividad en las escalas

Las escalas actuales son demasiado cortas y generan saltos abruptos en la carga fiscal ante aumentos marginales de ingresos. Una reconfiguración que amplíe los tramos y los actualice automáticamente por inflación permitiría que la alícuota máxima del 35% solo recaiga sobre quienes efectivamente tienen una mayor capacidad contributiva, manifiesta Blanco.

«Debería revisarse la escala progresiva que se utiliza actualmente para determinar el impuesto, ya que, por ejemplo, para el año 2025 un trabajador que tiene a su cargo a su esposa y dos hijos, comienza a tributar a partir de aproximadamente un ingreso mensual de $2.900.000, y el umbral de la línea de pobreza es actualmente $1.176.000», afirma Félix Rolando, de Andersen Argentina.

Y, sobre la problemática de los autónomos, agrega: «si la misma persona trabaja en forma independiente, el umbral para tributar será a partir de los ingresos mensuales de $2.400.000″.

Cuál es el problema de los autónomos

4. Equiparación de la deducción especial para autónomos.

Este es probablemente el cambio más urgente y necesario. Históricamente, la deducción especial aplicable a los trabajadores autónomos es sustancialmente menor que la de los empleados en relación de dependencia, dice Blanco.

«Los trabajadores autónomos (no monotributistas) siempre han sido los olvidados del sistema. Si se plantea una reforma del Impuesto a las Ganancias debería plantearse también la inclusión de la situación de los ingresos de estos trabajadores», enfatiza Pérez.

5. Retenciones en el Impuesto a las Ganancias aplicable a autónomos.

El régimen de retenciones del Impuesto a las Ganancias impone una carga financiera muy relevante sobre los trabajadores autónomos ante el pago de cada factura, que debería ser abordada conjuntamente con una reforma tributaria, expresa Blanco.

Estos pagos a cuenta se suman además a los anticipos en el Impuesto a las Ganancias que los autónomos deben hacer frente durante el año fiscal y que potencialmente tienen el riesgo de generar posibles saldos a favor, declara.

Qué pasa con las deducciones de Ganancias

«Es necesario que las deducciones generales contempladas en la ley tengan montos más razonables que guarden más relación con la realidad. Por ejemplo, actualmente se puede deducir como máximo por intereses hipotecarios, la ridícula suma de $ 20,000 anuales, y los gastos de sepelio por $ 996,23 por año», puntualiza Rolando.

«Además, debería admitirse al inquilino la deducción del 100% del alquiler de su vivienda (actualmente limitado al 40% o el equivalente al MNI lo que sea inferior), ya que de esta manera se iguala un poco más la situación entre propietarios e inquilinos», precisa.

«Por otra parte, debería admitirse la deducción plena de los gastos médicos y medicamentos, ya que lejos de exteriorizar una capacidad contributiva alta, manifiesta la atención de las demandas básicas de las personas», considera.

Así la reforma tributaria traerá cambios en el Impuesto a las Ganancias que van de la mano con el «salario dinámico» que propone el Gobierno en la reforma laboral.

Fuente: iprofesional.com

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Félix Rolando
Tax Partner
felix.rolando@ar.Andersen.com

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